Al ser humano le encanta hacer listas. Las hacemos de cualquier cosa. De la compra, por supuesto, pero también de los mejores libros de la historia, de los restaurantes italianos más innovadores, de las personas más altas del mundo o de los ancianos más longevos. De alguna manera, las listas nos ayudan a ordenar la inmensidad del mundo, a dar una dimensión accesible a lo que nos rodea. Por supuesto, el del marketing no es ajeno a estas listas, que hoy se han extendido por Internet de un modo desaforado. ¿La razón? En el fondo, todos queremos leerlas.
Está claro que Desafíos del Marketing no desdeña esta tendencia, que aquí también tienen cabida las listas. Y en esta ocasión, nos hemos detenido a pensar cuál es el producto más vendido de la historia en cuatro sectores diferentes. Por supuesto, esta lista tiene muchos matices. Empezamos a contar desde el tiempo en que hay datos fiables. Seguro que habría algún tipo de toga romana o marca de cartuchera en el Lejano Oeste que podría colocarse en este listado, pero no existen muchos datos que nos permitan cuantificarlo de modo más o menos objetivo.
Nos hemos guiado por productos, además, que no son de consumo diario. Es decir, es verdad que Coca Cola debería entrar en esta lista o que McDonald´s ha vendido un montón de Big Mac en sus más de 80 años de historia, pero es mucho más difícil determinar sus ventas reales. Y sin más preámbulo, ahí va la lista y una pequeña explicación de cómo el marketing ayudó a que esas marcas, esos productos, lograran los increíbles resultados que señalan sus números de ventas.
Tecnología: iPhone (más de 2.000 millones)
Hace apenas unos días un respetado analista tecnológico, Asymco, lanzaba al mundo esta cifra a partir de cálculos propios. Apple habría logrado superar la increíble cifra de 2.000 millones de terminales Iphone vendidos desde el lanzamiento del primer modelo allá por el año 2007.
Cuando Steve Jobs presentaba la primera generación de iPhone nadie podía prever que se convertiría en el gran dominador del mercado de los smartphones, sobre todo en el mundo anglosajón, donde copa más del 50% del mercado. Es más, ni siquiera probablemente se lo planteaba el mismo Steve Jobs, que ambicionaba hacerse con un 1% del mercado, según él mismo indicó en el lanzamiento del producto.
Hoy, a nivel global, iPhone supone alrededor del 26% de todos los usuarios de móviles de todo el mundo. Eso significa que alrededor de mil millones de personas en la actualidad se comunica con el dispositivo estrella de la marca norteamericana.
«El iPhone no es solo una marca, es casi una religión».
Para llegar a estas cifras han influido muchas circunstancias, la innovación y el buen resultado del móvil sin duda están entre ellas. Pero de la misma manera ha sido fundamental el uso del marketing que ha hecho Apple. La marca y iPhone en particular se han convertido en símbolo de calidad tecnológica generando una identificación de los usuarios con la manzana mordida que pocas empresas han llegado a conseguir. Hoy en día es tan habitual encontrarse una discusión de bar sobre si es mejor el Real Madrid o el Barcelona como un debate acalorado entre los seguidores de iPhone y Android. Y quien tiene un móvil de Apple suele defender con uñas y dientes, con mucha más intensidad, su decisión. Conseguir esto es, sin duda, un gran trabajo de marketing.
El iPhone no es solo una marca, es casi una religión. Y esto lo han conseguido con estrategias de marketing muy certeras. Por supuesto, ubicando anuncios de Apple en todo tipo de espacios. Pero también con un contacto continuo por mail y redes sociales con sus clientes. No es desdeñable cómo han utilizado una imagen limpia, con colores que denotan sencillez y elegancia. Porque lo que Apple vende es exclusividad. Da igual que el iPhone sea el móvil más vendido, el que más personas guarden en sus bolsillos; el iPhone es como una pequeña joya, es exclusivo. Y su comunicación es también excelente. Basta con ver cómo la salida al mercado de cada nuevo modelo se convierte en una de las noticias principales de cualquier medio de comunicación. Es tal ya su trascendencia que un iPhone se difunde solo.
Motor: Toyota Corolla (50 millones)
El pasado mes de julio, el emblemático modelo de la marca japonesa alcanzó la cifra de 50 millones de unidades vendidas. Habrá quien diga que hay un poco de trampa en estos datos, ya que el Corolla lleva fabricándose desde el año 1966, es decir, la friolera de 55 años, mientras que otros modelos que también han tenido un gran éxito como el Volkswagen Golf son más recientes. Pero las cifras son las cifras y de lo que no cabe duda es que es el único automóvil que ha llegado a los 50 millones de unidades vendidas.
«El hecho de ser accesible fue una de las claves de la estrategia de marketing de Toyota con el Corolla»
El Corolla nació con la idea de ser un coche accesible para todo el mundo. Accesible y fiable. Desde sus inicios ha querido ser un automóvil democrático, para todos los públicos y bolsillos. No buscaba ser un sobresaliente en nada, pero sí llegar al notable en todo. Y eso lo ha convertido en un emblema del motor.
Precisamente, el hecho de ser accesible fue una de las claves de la estrategia de marketing de Toyota con el Corolla. La idea original es que había que motorizar el Japón de los años 60 y hacia ese aspecto se destinaban las primeras campañas. El Corolla haría los desplazamientos más rápidos y seguros y contribuiría al avance del país. De una manera similar, el Corolla se fue expandiendo con el mundo.
Una vez que la marca se hizo mundialmente reconocida, comenzó a ofrecer otro tipo de estrategias, más orientadas a prestigiar la marca en general y el Corolla en particular. Patrocinios en los Juegos Olímpicos, anuncios televisivos, publicidad disruptiva, marketing viral, redes sociales y la vocación de relacionar la marca Toyota con la innovación tecnológica han sido parte fundamental de sus últimas estrategias.
Editorial: Harry Potter (más de 500 millones)
Habrá quien diga que se han vendido más ejemplares del Quijote o de la Biblia. Y probablemente tendrá razón. Pero nos hemos centrado en productos modernos y en el último siglo y ahí no hay quien le tosa a la saga creada por J.K. Rowling. Desde la publicación de la primera novela del joven mago, Harry Potter y la piedra filosofal, se han vendido más de 500 millones de ejemplares de los diferentes libros de la saga.
«Los siete libros que componen la saga han sido traducidos a más de 80 idiomas»
Según señalaba hace tres años la agencia Bloomberg, una de cada quince personas en el mundo tenía en 2018 en sus estanterías un ejemplar de Harry Potter. Las cifras son apabullantes. Los siete libros que componen la saga han sido traducidos a más de 80 idiomas y Harry Potter y las reliquias de la muerte tiene el honor de ser el libro que más rápido se ha vendido de todos los tiempos.
Esto significa que el personaje forma parte de la vida de distintas generaciones de jóvenes de todo el mundo. Pero, ¿por qué ha llegado a alcanzar este éxito? Bueno, primero porque la autora fue capaz de innovar en el modo de escribir y dotar a la literatura infantil de calidad y un ambiente que llamaba la atención de los niños, adolescentes y jóvenes. A partir de esto, influyó sobremanera la mejor estrategia de marketing que existe: el boca a boca. Amigos recomendaban a amigos. En el colegio se debatían sobre las aventuras que sucedían en Hogwarts. En los primeros años de nuestra vida nadie quiere ser ajeno a aquello de lo que habla todo el mundo.
Pero para el mantenimiento del éxito continuo de la saga también tuvo mucha importancia el marketing, con la interacción continua con los lectores. Cada nuevo libro se anunciaba un año antes del lanzamiento y poco a poco se iban dando datos un poco confusos, pero a la vez muy atractivos, sobre los personajes y las aventuras que iban a correr próximamente. Además, el estreno de las versiones cinematográficas supuso una impresionante campaña de marketing que atrajo a nuevos lectores, todo ello acompañado por cada vez más productos de merchandising y hasta parques temáticos. El cóctel perfecto para que no dejaran de crecer los lectores.
Juguetes: Cubo Rubik (más de 400 millones)
Hay fuentes que aseguran que la peonza o el hula-hoop les superan en ventas, pero, para contar con datos más o menos fiables, hay que centrarse en un juguete patentado y el cubo Rubik lo fue en 1974 por su creador, el escultor, arquitecto y diseñador húngaro Erno Rubik.
Este rompecabezas de colores que tantos niños y mayores han tenido, y tienen, en las manos nació, como tantas genialidades en la historia, un poco por casualidad. Rubik trabajaba en la Academia de Artes y Trabajos Manuales Aplicados de Budapest y estudiaba cómo resolver un problema estructural: de qué manera mover las partes de una estructura de forma independiente sin que se desmoronara el mecanismo entero. Y al llevar a la práctica este concepto teórico nació este cubo millonario.
«Fue el boca a boca el principal estimulador el crecimiento desaforado del cubo»
En 1977 el Cubo Rubik comenzó a venderse en Hungría, pero fue cuando la firma Ideal Toys Company descubrió el juego y llegó a un acuerdo para exportarlo internacionalmente cuando llegó la locura. Pronto, millones de personas comenzaron a competir por ver quién era capaz de resolverlo antes. Una curiosidad, el propio Rubik confesó haber tardado un mes en conseguir llegar a la solución final. Mientras, el récord humano lo ostenta el holandés Mats Valk que, en 2016, tardó 4,74 segundos en lograr armonizar todos los colores en el cubo.
En este caso sí fue el boca a boca el principal estimulador el crecimiento desaforado del cubo, sobre todo a principios de los años 80, cuando se convirtió en una auténtica locura que todo el mundo tenía en sus manos. La dimensión competitiva y de prestigio que tenía resolverlo influyó, y mucho, en que muchas personas se lanzaran a la adquisición del juguete. Hoy siguen celebrándose torneos anuales e incluso McDonald´s llegó a introducirlo como regalo en su emblemático Happy Meal.
CONCLUSIÓN
El éxito de un producto depende de cientos de variables entre las que la fortuna desempeña un papel primordial. Pero es evidente que contar con campañas de marketing bien diseñadas ayuda, y mucho, a dar a conocerlo al cliente potencial, a llamar su atención, a incitarlo a la compra. El éxito desaforado, como el de estos productos, es ya de por sí otra poderosa herramienta del marketing. En esas ocasiones de ventas increíbles nos encontramos con ese comportamiento tan humano que se basa en que «si todo el mundo lo tiene, yo también lo quiero». Un comportamiento muy rentable para las marcas.